Lo intuyo amigo, de antes, de mucho antes de este antes.
Se manifiesta como amigo, de ahora y de mañana.
Y tiene una montaña, pero no una montaña cualquiera
con sus picos y sus valles...
con el bosque en la ladera.
Tiene una Montaña, morada de los Angeles.
En su casa blanca, no tiene sillón.
En su casa blanca, impoluta,vacía.
Vacía de zarandajas,
llena de energía.
En su casa blanca de grandes ventanales
abiertos al pueblo, al horizonte y sobre
todo al firmamento. Donde se busca y se encuentra
y mantiene los diálogos del sentimiento,
esos q sólo nacen del silencio.
En su casa blanca de fachadas abiertas y transparentes,
pues todo lo de dentro, es casi nada,
todo se ofrece y todo se comparte,
esa es la grandeza de los q van sin equipaje.
Hay una escalera estrecha que va hacia arriba,
Cosa importante eso de la estrechez,
por no cargar con las tonterias de la vida.
En su casa blanca, impoluta, despierta, sincera,
no hay sillones…
No hay sillones!!!
Quién quiere sillones?
Nos sentamos en la Montaña.
1 comentario:
Gracias Helen.
Cariño,desde la inmensa luz del Atlántico.
Mi blog después de 6 meses de descanso,parece q desea volver a caminar.CElebraré la constancia del tuyo,se ve q el mio es de los q vienen y van.Bqñs.
Publicar un comentario