jueves, 31 de diciembre de 2009

Mi Querida Ananta.





Nos dice Aïvanhov.

“Sin que ningún signo precursor os lo advierta, puede suceder que de repente os sintáis invadidos por la luz: de repente, vuestra conciencia es proyectada muy arriba hasta el plano de la superconciencia y os sentís deslumbrados por la inmensidad, la belleza en la que vive vuestro Yo superior... Desgraciadamente, este estado no es duradero, y de nuevo retomáis vuestra vida cotidiana con las mismas preocupaciones, las mismas debilidades: os sentís en la oscuridad, en la limitación, desconectados, de vuestro Yo superior, vuestro Yo divino, como un fragmento separado del Todo... Luego, de nuevo, sentís un deslumbramiento, una iluminación, y ahí también, este instante no es duradero.

Pero no os desaniméis, continuad trabajando, esforzándoos. Un día, finalmente, después de todos estos altibajos, después de todas estas oscilaciones entre la claridad y las tinieblas, la luz ya no os abandonará, habréis cambiado de orilla y estaréis definitivamente salvados"

Gracias Joaquín.

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